jueves, 23 de mayo de 2013

La diócesis se une a la iniciativa del Santo Padre para adorar al Santísimo en la fiesta del Corpus

Cristo Sacramentado, en la Custodia de Juan de Arfe,
de la Catedral de Ávila
La Diócesis de Ávila se une a la convocatoria del Papa Francisco de hacer una hora de adoración mundial al Santísimo Sacramento en la fiesta del Corpus Christi (el próximo domingo 2 de junio). Por ello, celebraremos esta Hora Santa el citado domingo a las 17 horas en la S.A.I Catedral del Salvador. En ese mismo momento, comenzará un acto similar en la Basílica de San Pedro, en Roma, al que se sumará la iniciativa de nuestra Diócesis: unidos en comunión con todos los Obispos y sus respectivas comunidades diocesanas, tendremos una hora de adoración eucarística en la Catedral de Ávila. De esta forma, con este acto singular y profundo, simbólicamente todos los cristianos estaremos unidos en oración, al rezar juntos y a la misma vez ante el Santísimo.

El gesto al que el Papa nos ha convocado es una forma preciosa de hacer visible la comunión de la Iglesia como pueblo de Dios. Un extraordinario gesto en el que, al mismo tiempo, y al menos durante una hora, multitud de cristianos, unidos al Santo Padre, estaremos adorando juntos y llenos de fe a Cristo Sacramentado.

Esta iniciativa parte de uno delos objetivos de este Año de la Fe, que no es otro que “intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía, que es la cumbre a la tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su fuerza” (Porta fidei, 9).

Por eso, queremos animar a secundar esta llamada del Santo Padre, y a participar de este tiempo de adoración al Santísimo. Algo que realizarán el resto de parroquias de la diócesis en la medida en que sea posible, para que todos los cristianos de nuestras comunidades puedan unirse a los del mundo entero en esta ocasión única de profunda comunión con Cristo “único mediador entre Dios y los hombres” (1 Tm 2,5).


Esta convocatoria es una invitación para propiciar un espacio de oración para que el Señor pueda entrar en nuestro corazón e iluminar nuestra vida. No en vano, la oración es el camino y la adoración al Santísimo Sacramento es el acto concreto con que expresamos que el Señor es todo y sin EL nada de lo que hacemos tiene sentido.

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