lunes, 1 de diciembre de 2014

"¡No nos dejemos robar la esperanza!"

El adviento es para los cristianos un tiempo de espera, un camino de esperanza que nos hará gritar desde el corazón como humildes peregrinos: ¡Marana-tha! ¡Ven, Señor Jesús! Es como si quisiéramos llamar a Dios con tantos nombres diferentes: “Oh Sabiduría, Vara de Jesé, Llave de David, Sol naciente, Estrella radiante de la mañana, Rey de la gloria”. Así ponemos de manifiesto nuestra esperanza y la esperanza de todos los pueblos: ¡Ven! el mundo te espera, te necesita. Dice Papa Francisco “La Iglesia es como María “está en espera de un parto”. En su corazón la Virgen sentía lo que sienten todas las mujeres en ese momento” tan especial: esas percepciones interiores en su cuerpo y en su alma, y en su corazón decía seguramente al niño que llevaba en su seno: “¡ven!, quiero mirarte a la cara porque me han dicho que serás grande” (H 23/XII/2013) Nuestra alma se asemeja a María, está en espera por la venida del Señor.

Al comenzar el Adviento del V Centenario quisiera proponeros tres formas de vivir la esperanza con Santa Teresa. 

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