lunes, 16 de marzo de 2015

"No podemos permanecer callados"

Aunque apenas hablamos de ello porque no sucede en Europa, existe una honda preocupación en toda la Iglesia por la incesante persecución religiosa a cristianos de Oriente Medio y algunas regiones de África. Se podría decir, incluso, que este hostigamiento es aún mayor que el que tuvo lugar en los inicios del Cristianismo. La situación que se vive en determinados países es muy trágica. Los ataques a los fieles cristianos, y de otras confesiones, se llevan a cabo rutinariamente en algunos Estados: los miles de refugiados en Siria; el rapto de niñas y la quema de escuelas e iglesias por Boko Haram en Nigeria; en Arabia Saudí se impide la manifestación pública de la fe cristiana, celebrar misas o llevar signos religiosos; en Pakistán, una ley contra la blasfemia ha originado sentencias de muerte contra misioneros y sacerdotes por proclamar su fe; en Libia asesinaban recientemente a 21 cristianos coptos, recogidos en espeluznante video; y especialmente difícil es la situación que se vive en Irak con la proliferación de ataques del autodenominado Estado Islámico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta esta noticia. ¡Gracias!